El proyecto de Rousseau o lo que el Estado no puede hacer por ti

El proyecto de Rousseau o lo que el Estado no puede hacer por ti

El suizo Jean-Jacques Rousseau es uno de esos filósofos apasionantes que modificaron de manera profunda la historia del pensamiento. Aunque vuestro libro le dedique apenas tres páginas escasas, el impacto de la obra de Rousseau en autores posteriores es brutal.

En clase hemos presentado a Rousseau como precursor intelectual del famoso Movimiento 15-M -no sé si lo habrán leído- pero ellos, al igual que Rousseau han sido considerados como «parias» y «antisociales». Recordad que Rousseau tuvo que marcharse de Francia exiliado.

Pero además de estas consideraciones muy negativas, ambas formas de actuar tienen algo en común: el deseo positivo de reformar la sociedad, el pacto social.

Rousseau, que aspiraba a formar una sociedad más justa donde reinara la igualdad y la libertad, estaría muy orgulloso del actor y cineasta Charles Chaplin. Chaplin en 1940 rodó una memorable parodia del tirano de la época, Hitler, titulada El gran dictador.

Os dejo a continuación el discurso final de Chaplin, el cual hace de barbero judío en la película, pero por circunstancias del destino y por su enorme parecido físico con el dictador Astolfo Hynkel -seguro que encontráis el paralelismo- le confunden en su huida de su ciudad natal con el insigne tirano. Acto seguido le piden que dé un discurso a la nación y esta es la maravilla que les ofrece:

El cambio hacia una sociedad más justa comienza en uno mismo, ¿no os parece? ¿Llegará algún día a realizarse el proyecto de Rousseau?

El contractualismo o el origen de la conformidad

El contractualismo o el origen de la conformidad

El filósofo griego Aristóteles consideró ya hace mucho tiempo que el ser humano siempre ha vivido entre iguales, en sociedad. Esto lo formuló en la magnífica frase que ha pasado a a la historia: el ser humano es una animal social.

Un vistazo a nuestro alrededor nos muestra la certeza de la convicción aristotélica. Pero no siempre ha sido así: con la corriente filosófica del Empirismo surgió una serie destacada de filósofos que pensaron lo contrario. Para Thomas Hobbes, John Locke y David Hume el ser humano no siempre fue social, sino que en algún momento de la historia de la humanidad el ser humano decidió vivir en sociedad.

Esta reflexión fue posible a partir de la noción de poder considerado como la libre elección de los hombres y no procedente de la voluntad de algún dios caprichoso que jugaba al azar con el destino de los hombres.

Que vivamos en sociedad tiene muchísimas ventajas, pero también algunos inconvenientes. Vivir en sociedad es adaptarse a lo que dicen los demás, a vivir conforme a los demás, pero sin los otross no somos nadie, ¿no?

¿Estáis de acuerdo con Aristóteles o con los empiristas ingleses?

¿No es cierta la idea del profesor John Keating de los peligross de la sociedad?

El miedo según Yoda o cómo surgió la sociedad

El miedo según Yoda o cómo surgió la sociedad

John LockeThomas Hobbes son considerados los primeros pensadores contractualistas (y empiristas). Como vimos en clase, el contractualismo es una corriente filosófica que afirma que es necesario explicar el origen de la sociedad. También se considera contractualistas a los sofistas, aquellos enemigos acérrimos de Platón.

Los contractualistas, en oposición a pensadores como Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, no estaban de acuerdo con la idea de que el ser humano sea social por naturaleza, es decir, para ellos el hombre no siempre ha vivido en sociedad. Antes vivíamos en un hipotético estado de naturaleza donde todo era perfecto, pero a causa de algún mal, surgió la sociedad para evitar que el ser humano acabase consigo.

Tanto Hobbes como Locke dan respuestas distintas al origen de la sociedad, pero seguro que ambos estarían  de acuerdo con la propuesta de Yoda, el maestro Jedi, de La guerra de las galaxias. Para él, el origen de todo mal, de todas las desigualdades y los enfrentamientos entre los hombres es el miedo.

Y como sabéis, Yoda no se equivocó, aunque no supiera hablar correctamente.