¿Quién decide dónde y cuáles son los límites? O el dilema del Superhombre

¿Quién decide dónde y cuáles son los límites? O el dilema del Superhombre

Uno de los grandes inventos de la sociedad occidental es la afirmación de que todos somos iguales. Ante la ley por lo menos.

Creo que las dispustas en torno a quién es mejor o superior, siempre está condicionado por quién realiza la pregunta, por los fines que persigue, sean para él conscientes u ocultos.

Y cómo me convierto yo en Superhombre

Y cómo me convierto yo en Superhombre

Uno de los conceptos fundamentales del pensamiento de Nietzsche es el superhombre (en alemán, Übermensch). Para nuestro filósofo alemán, no se nace siendo superhombre, ni se trata de un atributo biológico que mejore la raza humana. Es más bien, así lo creo yo, una elección que implica quitarse cualquier lastre que nos impida recuperar la inocencia perdida.

Sí, ser o convertirse en un superhombre es ni más ni menos que volver a ser un niño.

Manual básico para ser un superhombre

Manual básico para ser un superhombre

Ya lo dijo Nietzsche, y Albert Einstein lo corroboró más tarde, el superhombre ni tiene cualidades especiales, ni es un superdotado ni es poseedor de grandes riquezas.

El único requisito para dejar atrás al hombre viejo, esclavo y desorientado por el nihilismo pasivo, es  guiarse sólo por su voluntad y dejar a un lado la razón.

El crimen, ¿un arte reservado a los individuos superiores?

El crimen, ¿un arte reservado a los individuos superiores?

La moral de los señores desarrollada por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche supone que los individuos «superiores», con una capacidad intelectual superior a lo normal, les permite estar por encima de los tradicionales conceptos morales.

El bien y el mal, lo justo y lo injusto… son términos inventados para la gente que los necesita, porque son inferiores. Estos forman parte de la moral de los esclavos.

¿Quién y cómo se decide quién es un «superhombre» o no?